viernes, 2 de octubre de 2015

Salpicón 2

Hace un tiempo publiqué un pequeño compilado de anécdotas (Salpicón), que reconozco que hay que estar en el lugar de los hechos para entender que fue desopilante o triste, por supuesto, por eso entiendo que se hace complicado expresarlo con la claridad que se necesita para poder plasmar sentimientos.
No somos escritores, ni mucho menos.
 Pero bueno, lo seguiremos intentando... 
Y como lo hicimos en otro momento, vamos a darle la oportunidad a un "Salpicón 2".


Va un muchacho, me compra un chicle de mentol y se va.
Vuelve al ratito...

-"Perdoname la molestia, tengo una entrevista de trabajo, ¿Me sentís aliento alcohólico ?"

Primera vez en mi vida que me preguntan una cosa así.
Ni hablar que se me cruzó la pregunta, que no le hice, por razones obvias "¿Lunes, a trillar por un laburo, mamado...?"
Bueh, pensé...

-No, no, dale con fe, estás con una presencia pulcra e irresistible para cualquier empleador.
-Bien ahí, gracias, chau...
-Chau, loco, chau...

¿Lograría su cometido el chicle de mentol?


Hablando de desempleados deambulando por la ciudad, llega un forastero que se vino a dedo hasta la capital, desde su pueblo, a unos 450 kilómetros.
Temerario el tipo, sin dudas.
Y andaba en su afán de dar vuelta la página de su vida de forma radical, porque se peleó de manera irreconciliable con su mujer.
 Lo que puede el amor... y el desamor...
Recién llegado el tipo.
Entonces va a fotocopiar curriculums para repartir, y llega justo un "amigo" de él.
Recién conocido, pero con posibilidades de emplearlo.  Ya era "amigo".  Ya habían cultivado suficiente "confianza" recíproca.

-Qué hacés, andás bien?
-Oooohh, que hacés por acá?
-Nada, en la vuelta, buscando ese laburo pa' salir a flote.
-Y sí, me imaginé.
-Aaahh, no tenés nada pa' mi, pa' laburar?  Cualquier cosa...
Ni lerdo ni perezozo, y haciendo leña del desocupado desamparado, le tira el lazo...
-Tengo sí, voy a poner un prostíbulo para gays, venite cuando quieras...
 El trabajador inactivo declinó la propuesta.

Pero igual, había confianza, entre posible empleado y empleador... 


Otro deambulador empedernido, iba para el kiosco a saludar.
Caminó 79 cuadras.
Entonces, parece que a mitad de camino, tuvo un "roce" con un vehículo, bastante peligroso.
No se como fue, pero la sucesión del relato fue modificándose "sutilmente" a medida que fue aumentando la presión sobre su dudosa versión de los hechos.

Arrancó con fuerza...

-Se me hizo el loquito un vejiga en el camino, pero le di una patada en los huevos y quedó quietito.   Lo maté...
-Bueh, ta' bien, le digo con mas dudas que certezas.
-¿No te pegó, no te hizo nada malo, nada?
-Me rompió el tapón del termo, venía tomando mate tranquilo y me tiró el auto arriba.  Casi me atropella.  Me agarré una calentura que casi lo mato...

Yo dudé nuevamente, algo no me cerraba...

-¿Pero entonces le pegaste y quedó por esa?
-Quedó por esa, casi lo mato.  
-Si me tiró el auto arriba, ¿no te digo?, tremendo pelotudo de mierda, no se quien le dio la libreta de conducir.
-Ahá...
-Tenés una marca, acá en la cara, no me mientas.
No hubo respuesta convincente ni hubo respuesta no convinvcente.  Silencio...
Entonces yo, malo, lo contragolpeo.

-Tenés una marca por acá, se nota clarito que te dieron pa' que tengas, no mientas más.  
Te mató él a vos y tuviste la culpa de todo.

Ahí me pasé de la raya, nunca supe bien que pasó, pero para manijear y distender la cosa, lo puse en tren de confesión.


-Bueno, me pegó un par, pero dejá que ya me lo voy a cruzar.  Ahí sí lo mato...

Seguí atendiendo sabedor de que la reconstrucción del incidente se asemejó más a la realidad que me quisieron imponer desde un principio.
Perdió, y muy feo mi amigo.


Por hoy me despido, pero con música.
Una canción que me gusta mucho.

Como dice un amigo, de la banda Attaque "67",
Setentistas...