jueves, 18 de junio de 2015

El Lata y el Mulita

Dicen que hace unos pocos años, el "Lata" le dio una puñalada al "Mulita".
No hubo consecuencias mortales, pero se supone que se rompió una amistad.
El Lata es "colega" y en ese momento era amigo del Mulita.
Ambos pertenecen al combativo "gremio" de los cuidacoches.
¿Porqué se produjo tan grave agresión?...
 Ni idea, pero supongo que el alcohol jugó un papel fundamental, preponderante, inapelable.

Debo mencionar que el Lata es un tipo de armas tomar, de pocas pulgas, cuasi indigente y lo que hizo en esa ocasión, poco extrañó. 
Anda siempre "calzado" con su corte.  Un cuchillo de cocina común.

Una vez me contó que podría estar cómodo porque en Paraguay tiene propiedades y negocios.
Puede ser... 
Le pregunté porqué no se iba para allá en vez de estar acá sin su familia (que está allá) y no hubo respuesta muy convincente. 
Supuestamente, "lo cagaron" y quedó por esa.

No se... 
El resultado actual y de muchos años a ésta parte es la situación de calle crónica y sin vuelta atrás.  Es viejo y no tiene interés por nada, esa es la cruda realidad.

Por otra parte, el Mulita es un "profesional" (?) cuidacoche, bastante más macanudo que el Lata, que duerme gran parte del día "cuidando" los vehículos; y la otra gran parte "cuida" mirando desde el ventanal del boliche de la esquina, acodado cómodamente en el mostrador.
Me djieron que le gusta el ron.
Lo vi muchas veces siendo defenestrado y literalmente cagado a palos por una fulana mulata que lo regenteaba.  Todo bajo los estrictos e infaltables efectos del desayuno, almuerzo, merienda y cena alcohólica.

Así, dicho a la ligera, es la rutina del Lata y el Mulita.

¿Qué es de la actualidad de  ellos?

Todo igual, cuidando coches.

Después de leer lo anterior, se pensará que son enemigos acérrimos, que no se toleran y que están a miles de kilómetros de distancia, para no chocar, obviamente.
 Estoy autorizado a asegurar que no.  Son muy amigos.
Lo  "otro" quedó muy atrás casi como una nebulosa en sus deprimentes y raquíticos recuerdos.
Incluso, en éstos días de mucho frío, vi que el Lata estaba en la parada del Mulita, de visita.
Ambos estaban sentados en el borde de un ventanal, muy pegados.
Se daban calor corporal mutuo...

Vueltas que da la vida.