jueves, 21 de agosto de 2014

El metalero

El otro día llego al kiosco y hago así pa'l costado y veo a un fulano, medio desprolijo, tomando agua del pico de un bidón de 6 litros.  Se ve que lo encontró ahí y ahí lo dejó.
Campera de cuero, cadenas, pelo largo, pero desprolijo.  Era un metalero venido a menos, trasnochado, muy mal aspectado.
Pero bueno, supuse que la noche fue brava y tuvo sus consecuencias...

Entonces, cuando se me acerca, y lo veo, lo reconozco.
Era un  muchacho, cuarentón, supongo, a ésta altura, que hacía como diez años que no lo veía.  En realidad, creo que lo vi pasar una sola vez, pero nada más, hasta el otro día...

Me acuerdo que cuando lo veía todos los días, porque se dedicaba "a la manga" y paraba a conversar, lo tuve que "llamar al orden" varias veces porque se ponía a mangar a los clientes.  Mala imagen comercial si las hay.  Ir a comprar y tener que dejarle la "propina" a un tipo que se instaló en la puerta de venta, era bastante irritante.
-Monster, ¿sale una chapita?...

Pero no era ni cerca un mal tipo, todo lo contrario.  Por eso cuando lo saludé el otro día, me acordé de que se había conseguido a su chica por ahí, se había mudado con ella, se fue para otra ciudad a curtir su faceta metalera...

Me acordaba de casi todo...

Incluso, también me volvió a la memoria la vez que me contó que con otros compinches de él, una madrugada, por los alrededores del Mercado Modelo habían comido opíparamente una voluminosa cantidad de chorizos que habían comprado a un precio "razonable"...
 Entonces me dijo:
-Anoche, compramos unos chorizos.  ¿Sabés a cuánto estaba el quilo?  ¡10 pesos!  (Al día de hoy no serían mas de 30 mangos, menos de 1 dólar y medio, para que tengan una idea aquellos de otro país que lean ésto, como mucho, increíble)...
Creo que era un precio que solamente lo podía establecer alguien dedicado al abigeato de perros, nada más.
Y remata diciendo, -¿Sabés una cosa?  No eran feos, aunque te parezca mentira...
-Me imagino que no, carne 100% de cerdo, sin dudas...

Su anecdotario siempre fue de ese tenor, decadente y oscuro.

Dije antes que me acordaba de "casi todo".  En una le digo:
-De lo que no me acuerdo es de tu nombre
-Washington, me dijo y enseguida me cerró el personaje.
-¿Seguís haciendo rock?
-Claro que sí, a full con el metal, lo que te cuento, ya que estoy, es que no sigo con la mujer que te presenté, te acordás?
-Claro que me acuerdo, eran todo glamour y felicidad, bueno, no siempre funciona, eh?
-Y sí...
-Che, ¿Cómo se llama la banda?
-"Tren de metal"
-Tren de metal, impecable nombre, debe ser una aplanadora del rock pesado, bien ahí, me alegro.  Ojalá la pueda ver algún día.
Le dí pa' adelante, como corresponde.

A todo ésto, termina abruptamente la conversación y vuelve a las "fuentes":
-Vo, 'cuchame, viste que estoy fisurado y me quedaron estas monedas, mirá, no tengo pa'l bondi y me tengo que ir.
-Ta' bien, no me extraña nada tu verso, tomá... Y le completé lo que le faltaba para el boleto.
Se alejó sin más, y siguió mangando en la esquina.
Una alegría volver a verlo.

Lo voy a homenajear como corresponde...





miércoles, 13 de agosto de 2014

Hordas

Como en Uruguay, al momento de escribir ésto, estamos en plena campaña electoral y como no soy neutral, voy a intentar resumir con un ejemplo kiosquero un hecho de la última gran crisis que se dio por estos lares, en el año 2002.
Digo que no soy neutral porque irremediablemente, la presente historia tendrá su sesgo y no tanto, porque los hechos fueron objetivos, ya que vivo en un país con memoria colectiva frágil, selectiva, negacionista, y que siempre se corre el riesgo de tropezar con piedras que ya nos cascotearon.  Y el que pierde una vez más es el Pueblo.
Entonces: Memoria kiosquera electorera y refrescadora de la memoria.

Hace 12 años, se perpetró por parte del gobierno de turno (gobierno nefasto si los hubo) una formidable faena desmanteladora de cuanta conquista social se había logrado hasta el momento, con la ayuda de varios gobiernos anteriores y ni que hablar de la dictadura.  Pero la frutilla de la torta fue en el desastrozo 2002.

Inmigración galopante, desocupación y pobreza también galopante...

En Argentina la cosa fue similar o incluso peor.  Saqueos constantes, robo de ahorros de los bancos, presidentes que se borraban en helicóptero, etc, etc.
Acá fue similar, tipo contagio.

Pero como me desempeño en el rubro comercio, quiero rememorar un particular evento que se dio una tarde de aquel tétrico año.

Estando trabajando, empezó a correrse la bola en toda la zona comercial que se estaban aproximando hordas de gente enloquecida a saquear cuanto negocio hubiera en el camino.  Incluso los milicos, con notable mala leche hicieron correr la bola.  La gente se atrincheró atrás del mostrador, y muchos, directamente bajaron la cortina hasta que pasara lo peor.

Pero "lo peor" nunca pasó... O mejor dicho estaba pasando pero en otros ámbitos.  En esos círculos pensados para joder sistemáticamente siempre a los mismos, o sea al Pueblo.
Y esa asquerosa y macabra puesta en escena de una supuesta oleada de pobres hambrientos dispuestos a matar para robar lo que puedan, no fue más que otra repugnante maniobra para relativizar y disfrazar el desastre que ésta nefasta gente que gobernaba estaba generando en el país. 
Mandaron a la paliza a la gente y tras cartón los azuzaron para confrontar pobres contra pobres, trabajadores contra trabajadores... Pueblo contra Pueblo. 

La historia diría que fueron sacados del gobierno de manera contundente, pero el daño ya estaba hecho.

Viendo esos hechos desde la perspectiva actual, me corre un sudor frío por la espalda, porque cuando hay mentes tan retorcidas que son capaces de tomar de rehén a la población para salvar el sucio pellejo propio, uno se pregunta si la memoria de la gente es en verdad frágil o directamente se les borra cuando logran reponerse de cada tropiezo.
No lo tengo para nada claro, pero cada día pienso que algo de eso hay.

Como dice Víctor Manuel: "...pero no puedo vivir sin memoria:.."